Una noche inolvidable [Edward]

Bejé de su coche, aún sin creerme estar allí, habia estado toda la tadre pensando en que ponerme, y al final habia decidido un vetido corto aguamarina, a juego con mis ojos.
Sabia que los hombres no solian fijarse en eso, pero no me importaba.
Una fuera sobrenatural, o quizas mi inmensa alegria hacia que no dejara de sonreir dulcemente.

-Te ves hermosa-comenté de camino al teatro, tartando de manejar despacio. El color del vestido hacia juego con el de sus ojos. No sabía como explicarme que tan bella se veía diariamente, y que en esta ocacion, para mi era tan linda y despampanante como siempre.
Cuando llegamos, bajé rapidamente para abrirle la puerta y extenderle mi mano para ayudarle a bajar de auto.

-Gracias- dije feliz. Aunqeu me arrepentia profundamente de lo que hbaia pasado esa mañana.- La verdad, no esperaba que quisieras llevarme al teatro despues de lo que te he echo esta mañana.






Off: roleamremos como si lo del beso, y la patada que te daré despues de uqe me beses en el insti(tengo ese ret qeu cumplir ) hubiera pasado esa mañana.

-Debo decir que me sorprendió tu fuerza-dije, haciendo una mueca de fingida agonía- bueno, mis intenciones eran nobles, y era completamnete entendible tu irritación, así que no te preocupes. Me hubieses golpeado, tirado al suelo e insultado, de todos modos estarías aqui conmigo...

Le sonreí afectuoso, aventurandome a rodearle la cintura con mi brazo.

Sonreí dulce, agradecida.
Un escalofrio recorió mi cuerpo cuando rodeó mi cintura con su brazo.
-Gracias- susurré, pues no queria estropear el momento.

-No agradescas nada, soy yo el que tendría que darte gracias por cada cosa que haces-dije con una sonrisa coqueta. No sabía si dejar el brazo o retirarlo, tal vez había sentido lo fría y dura que era mi piel.

-No seas tonto- Dije - Que yo sepa aun no he echo nada por ti, mas que lesionarte.
Cierto era que su piel estaba fria y era dura como el marmol, pero no le presté mcuha atención a eso, eso eran cosas que podia preguntarle otro dia.

-Te sorprenderías-dije, ocultando una sonrisa. Retiré mi brazo de su cintura y entramos en la sala. Me detuve frente a nuestra fila y con un gesto de mano le indiqué que pasara.

Pasé y me sentñe en una de esas suaves sillas, con la dulce sonrisa dibujada en mi rostro. Ya habia dejado La Audrey de aquella mañana enloquecida y fuera de si para siempre, para dar paso a la Audrey tierna dulce y sensible que todos conocian.

Me senté a su lado y apoyé mis brazos en las barandillas de los costados, arrepentido de no haber buscado un programa antes de entrar.
Empezaron a dar las llamadas, solo nos quedaba esperar.

Miré a Edward, allí sentado, perfecto como siempre, y solo me quedó sonreir.
Sin darme cuante puse mi mano sobre la suya, y asl sentir el frio tacto de su piel caí en la cuenta.
-Lo.. siento- Murmuré

Su tacto fue una sensación maravillosa. Su calor recorrió todo mi cuerpo, todo por un sencillo roce.

-Tranquila-murmuré. Olvidando que ella era humana, que yo era vampiro y que ella aun no lo sabía. Olvidando que mi piel era dura y fría, tomé su mano y entrelacé sus dedos con los míos.

Sentia su piel fria como el hielo, pero no me importba, solo me importaba él y la felicidad que me hbaia producido su gesto.
Tal vez sin darme cuenta de lo que hacia, o siendo mas consciente de lo que yo pensaba, dejé caer mi cabeza sobre su hombro.

En cuanto se reclinó delicadamente en mi hombro, la obra dejo de tomar sentido. Los actores no se escuchaban y los reflectores solo apuntaban a la humana sentada a mi lado, completamente indefensa, y a la vez, protegida.
Nos ví desde un tercer plano, me juzgué a mi mismo una vez más, pero no pude encontrar la fuerza para separarme.
Deposité un beso corto en su frente y fingí seguir viendo la obra.

Sonreí agradecida por ese beso, dulce, ligero suave, frio.
-Edward- Susurré- Estas muy frio, necesitas calor?- Dije con media sonrisa dandole un dulce beso en la mejilla.

Sus palabras me hicieron pensar en sus dos significados, o al menos eso tenían para mi. ¿Qué podía decir ahora?

-Estoy bien, es solo el aire acondicionado-dije, notando por primera vez que en realidad el ambiente estaba frío- ¿Tu no tienes frío?

-Pues si el aire esta bastante fuerte, pero es soportable- Dije con una sonrisa, fijando la mirada en la obra por priera vez, aunqeu mi mente seguia saturada por su imagen.

-Debí traer un saco, creo que la gente nos mirará raro si te doy mi camisa para que te tapes-dije entre divertido y disculpante. De alguna manera, todo lo que le sucediera a ella me afecataba directa o indirectamente.

-Estoy bien, no te preocupes, no quiero que nos encierren por exibicionismo.- Bromeé, y acaricié su mano de nuevo, esta vez intencionadamente

-No podría estar más de acuerdo-dije, haciendo pequeños circulos con mi pulgar en su mano- pero, en verdad. Si algo te incomoda, porfavor solo dimelo.

-Gracias ed, pero está todo perfecto.- Y solo necesitaba su compañia para que todo fuera perfecto.

-Esta bien-dije por lo bajo, comprendiendo por primera vez en la noche que tal vez ella si tenía ánimos de ver la obra en si.

miré hacia el escenario, intentando concentrarme en la obra. aunque quizás demasiado tarde, pues cinco minutos despues esta ya habia terminado.
Mi´r un instante a Edward, antes de que las luces pudieran encenderse.

-Se me ha hecho demasiado corta-murmuré, esperando que entendiera el sentido de mis palabras. Me incorporé y de inmediato le jalé con suavidad para que se levantara. Sonreí. Ultimamente sonreía mucho.
Salimos de la sala al lobby y de allí al estacionamiento.

-¿Deseas hacer algo más?-pregunté.

-Lo se.. muy cort- Dije sonriendo.- Bueno lo cierto es que mi madre ha salido de viaje te apetece acompañarme hasta mi casa? no me gusta mcuho estar sola...- Dije una vez fuera del teatro.